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5 MANERAS DE PRACTICAR LA COMPASIÓN PARA MEJORAR TU BIENESTAR

La experiencia del sufrimiento nos iguala a todos los seres humanos y forma parte de la vida, es por esto que para ser felices y encontrar bienestar en nuestra vida, la compasión es una emoción central y aprender a practicarla en la vida diaria nos ayuda a conectarnos con el sufrimiento desde un lugar de diferente.

La compasión implica una genuina apertura del corazón al sufrimiento de los demás y de uno mismo junto a un deseo por aliviarlo. Su práctica puede ser como un bálsamo que suaviza el impacto de los desafíos de la vida diaria, a la vez que nos permite tener diálogos internos más amables con nosotros mismos, menos críticos, reconociendo nuestro sufrimiento y permitiéndonos conectar con nuestros recursos.

 

 He aquí algunas maneras de comenzar con la práctica:

 

  1. Indagar sobre nuestra motivación

Todo lo que hacemos tiene una motivación que marca el esfuerzo sabio para llevar adelante una tarea. Toda actividad que está de acuerdo a nuestros valores vitales y nuestro sentido de vida aumenta la posibilidad de que esa actividad se mantenga en el tiempo. En relación a practicar la compasión algunas de las motivaciones pueden ser:

  • Ser más felices
  • Tener mayor bienestar psicológico
  • Tener más paz interior
  • Ampliar nuestro repertorio de recursos
  • Tener una relación con nosotros mismos más amable

En el lugar en el que te encuentres puedes hacer una pausa, adoptar una postura cómoda, tomar 3 respiraciones profundas y conectar con las sensación que experimentes en el cuerpo en ese momento. 

Puedes traer a la mente los valores que son importantes para tu vida, imaginar cómo sería tu vida de aquí a 5 años si pudieras vivir de acuerdo a estos valores, experimentando el impacto que tiene en tu cuerpo y en tu bienestar, visualizarte viviendo de una manera amable y compasiva. 

Para terminar puedes tomar tres respiraciones profundas una vez más y continuar con tu rutina diaria.

  1. ¿En qué somos buenos?

Habitualmente, si te preguntan cuáles son tus defectos, posiblemente los reconozcas fácilmente, pero tendrás más dificultades en expresar tus fortalezas, tus virtudes. El objetivo de preguntarte y registrar esas cosas que haces bien no es desarrollar un falso orgullo narcisista sino hacerte consciente de tus habilidades, cualidades valiosas, y disminuir así esa mirada crítica que no te ayuda a crecer y a fortalecer la valoración de ti mismo.

 

  1. Llevar un diario de práctica de la compasión

Puede resultarte útil llevar un diario donde explores qué estás haciendo en relación a tu autocuidado en las distintas áreas de tu vida física, psicoemocional, en tus relaciones familiares y amigos, a nivel espiritual y valores. Puedes proponerte, tal vez, planes semanales con objetivos a alcanzar en relación al autocuidado y practicar diariamente alguna de las pautas para entrenar la compasión y amabilidad.

 

  1. Conectar con el afecto básico

Esto puedes hacerlo adoptando una postura de meditación habitual, sentada en una silla o sobre un cojín. Simplemente puedes detenerte a observar cómo se encuentra tu cuerpo y las sensaciones que aparecen en ese momento. Puedes realizar algunas respiraciones profundas, abdominales, observando las sensaciones y pensamientos que aparecen, para luego dejar ir los pensamientos y sensaciones, sin apegarnos. La invitación es atraer a tu mente la imagen de algún ser vivo que te haga sentir bien, que te conecte con la ternura, te haga sonreír, relajarte, puede ser una mascota,  una persona, una planta. El objetivo es evocar una imagen mental que te produzca paz, bienestar y quedarte un momento, saboreando el impacto que tiene a nivel emocional y físico esta práctica. Cuando lo desees, deja ir la imagen y comienza a mover el cuerpo de manera suave.

 

  1. Saborear y agradecer

Esta es una práctica que consiste en intentar identificar 2-3 veces cada día algunas situaciones sencillas, de la vida cotidiana que te produzcan bienestar o alegría, como estar con los amigos tomando algo, una puesta de sol, jugar con los hijos o con una mascota, pasear por el parque, comer o beber algo que nos guste. El objetivo es  tomar conciencia de los pequeños placeres de la vida, que son los que más se asocian a la felicidad al vivirlos con atención plena, deteniendo el modo mental habitual en  piloto automático en el que solemos actuar y saborear estos momentos, conectando con ellos y agradeciendo a la vida, a nosotros mismos y a los demás por la posibilidad de estar disfrutando de este momento que te mereces. De esta manera, poco a poco vas entrenando a tu cerebro a focalizar en los aspectos positivos de día y no solo en los aspectos negativos o amenazantes para los que nuestro cerebro está preparado evolutivamente.

 

Referencias Bibliográficas

García Campayo, J., Nuevo Manual Práctico de Mindfulness, Siglantana, Barcelona 2018.

García Campayo, J., Cebolla, A., Demarzo, M., La ciencia de la compasión, Alianza Editorial, Madrid 2015

Germer, C. K., The mindful Path to Self-Compassion, The Guilford Press, Nueva York 2009.

Gilbert, P., y Choden, Mindful compassion, New Harbinger Publications, Oakland (California) 2013

Gilbert, P., Terapia centrada en compasión, Desclée de Brouwer, Bilbao 2015

Le Doux, J., El cerebro emocional, Planeta, Barcelona 1999

Neff, K., Sé amable contigo mismo: El arte de la compasión hacia uno mismo. Oniro, Barcelona 2012

 

 

Lic. Ana Fuhr, Psicóloga Clínica. Doctoranda en Psicología en Universidad. Especialista en Psicoterapias Breves Focalizadas. Docente perteneciente al Centro IPPC Argentina Iberoamérica. Instructora del programa Mindfulness y Compasión Practicas Breves Integradas (M-PBI). Instructora Mindfulness gestión del estrés (MBSR)

www.centroippc.org

 

 

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