QUE NUNCA DEJARA DE LLOVER
“Me enseñaste todo”, dijiste, y tus palabras se tiñeron con la palidez de la tristeza.
Ahí, mirándonos hasta el infinito, sin decirlo, supimos que sólo nos habíamos buscado para salvarnos, pero ya no era nada de lo que había sido. Tu mirada puesta en la húmeda oscuridad de mis ojos inundados de lágrimas que no fueron.
“Me enseñaste todo”, repetiste, hundiendo en mi mano la boca que tanto había besado, tirando de ella para que me fuera y me quedara.
Buscando a tientas un beso ausente, abriste las puertas. Afuera, la brisa gemía tanto que daba pena.
Crucé el portal, erguida de orgullo, doblada de tristeza.
Vos, tan quieto, sin furia, sin furor, estremecido de vacío.
Quise llorar, pero se me adelantó la lluvia.
Y quise que nunca dejara de llover.
By Nica Martin
