¿Qué sería de nuestros guardarropas sin las prendas básicas?
Estas prendas atemporales y versátiles nos facilitan el vestirnos día a día y nos salvan en cualquier ocasión. Se adaptan a cualquier momento y deben formar parte del esqueleto de nuestro armario. Técnicamente, se denominan “fondo de armario”, pero preferimos llamarlas básicas.
Las prendas básicas no lo son de igual manera para todas las mujeres y los hombres. Además de distinguirse por el género, varían según nuestro estilo de vida.
Muchas veces hemos escuchado decir “un vestido negro hay que tener” o “no nos puede faltar una camisa blanca” o “hay que tener un buen pantalón de jean”; sin embargo, no todas las personas tenemos en nuestras vidas ocasiones donde tengamos que vestirnos con determinados de los llamados “básicos”.
¿Para qué voy a querer comprarme un Trench (o piloto) si no tengo ocasión de usarlo? ¿Para qué voy a querer el trajecito negro si soy profesora de gimnasia y vivo mis días vestida con ropa deportiva?
Es por eso que debemos adaptar el concepto de prendas básicas al estilo de nuestras vidas y no a una lista de 10 o 15 prendas, de las cuales no vamos a aprovechar ni cumplirán la misión que éstas tienen en este mundo: usarlas y combinarlas con otras prendas y con diferentes accesorios infinidad de veces. Y, lo más importante, es que nunca vamos a fallar en nuestro outfit, sino todo lo contrario. Es una garantía.
Convencida de que comprar ropa no debe ser un acto compulsivo, ni debemos dejarnos seducir por las ofertas y rebajas del momento, la tarea de formar un guardarropas funcional incluye hacernos algunas preguntas premeditadamente.
Debemos pensar qué necesitamos, y si lo compramos: cómo lo vamos a combinar, cuáles accesorios vamos a usar, analizar la calidad de la prenda, el precio, el mantenimiento (que, a veces, termina encareciendo la ropa. Por ejemplo, si necesita que se lave en la tintorería), etc.
Después de este breve análisis y no de forma excluyente ni obligatoria, podemos definir las características de las prendas básicas. Son prendas atemporales, sin estampados, sin bordados, sin tachas ni cierres, ni ningún detalle de moda o tendencia del momento. Como ya lo expresamos, ello garantiza que podamos combinarlas y, como un comodín, crear distintos looks y estilos a nuestro gusto.
Por ejemplo, un pantalón de jean básico debe tener un prelavado parejo, sin roturas, ni gastado, ni nevado ni ningún otro detalle. Simplemente liso y de un tono azul índigo clásico. El corte puede variar, ello depende de nuestra silueta, por lo que elegiremos el que más nos favorezca.
La camisa, blusa o remera blanca; el blazer negro, el vestido o falda negra, un Trench o Piloto, son otros ejemplos de prendas que pueden ser muy útiles a la hora de vestirnos, pero nuestro closet debe servirnos a nuestro estilo de vida, por lo que la tarea que les dejo es que disfruten de la experiencia de formar uno propio.
By Laura Koch
Asesora de Imagen y Personal Shopper