LA MODA COMO PROCESO DE RESIGNIFICACIÓN JAPONESA
El indumento es producto del choque de influencias que, a través de los años, surgen y resurgen. Solemos poner atención en los diseñadores occidentales de principio del siglo xx, sin cuestionar a fondo el impacto de las civilizaciones orientales, específicamente de Japón.
A pesar de que en el neoclasicismo ya se había presentado la famosa ròbe de chambre (inspirada en el kimono japonés) y de que los textiles a su vez, comenzaban a imitar las técnicas artísticas orientales, la revolución de 1970 fue otra.
El diseñador ISSEY MIYAKE (en sus desfiles de 1971 y 1973), presentó el concepto de “un trozo de tela”. Creía que la idea de ma (espacio), que se daba como resultado de cubrir al cuerpo con una sola pieza tejido, era absolutamente interesante, recalcando que como cada cuerpo es distinto, el ma es único en cada caso.
Así, el diseño japonés se presenta como una nueva visión que consiste en redefinir la conexión entre el textil y el cuerpo. De esta manera se plantea la deconstrucción de la idea de belleza y a su vez, la reconstrucción de la idea de diseño.
Sus técnicas son variadas: desde plisar tejidos previo a su confección hasta jugar con los extremos de alejarse radicalmente del cuerpo y adherirse de forma absorbente y contradictoria. Incluso se crean tejidos previamente calados para transformarlos instantáneamente en prendas de vestir.
Ya en la década del 80, el minimalismo japonés se convirtió en premisa con el surgimiento de JOHJI YAMAMOTO. Amante del blanco y negro, sus diseños no escapan de la sobriedad, y exploran morfologías inesperadas y desafiantes.
Comparte con la diseñadora de Comme des garçons, REI KAWAKUBO, la intención de mostrar ausencia en lugar de existencia. Ambos juegan con elementos a partir de la limitación minimalista que permiten comunicar un mensaje distinto: la insatisfacción.
Para REI el negro es fuerza, pero no dejó de explorar en su trabajo la redefinición de la forma, la construcción y deconstrucción, la femineidad y el estilo punk.
En conclusión, el gran mérito de estos creadores fue el de expandir las posibilidades de belleza y entender que las prendas comunican, rompiendo estructuras para encontrar nuevos medios. Estos referentes de la moda japonesa aceptan la diversidad de formas, exploran y transforman el proceso de vestirnos en un proceso único.