¿QUIÉN ES MATÍAS KRITZ?
Matías es argentino, artista polifacético, músico, visual artist.
Realiza exhibiciones a nivel nacional e internacional. Su trabajo fue publicado en libros especializados en el tema en nuestro país y en el exterior.
Seleccionado por la revista Neoyorquina «HAROLD Luxuryformen» para la sección «The Men» junto a Julian Lennon y Wilbert Das.
Premiado con la Medalla de Oro de Arquitectura y Decoración de Interiorismo de Casa Foa «30años» (1985-2015) por la realización del Mural Geométrico & Video Art con la colaboración de San Pietro Porcelanatos.
Invitado por el artista Italiano –uno de los de mayor proyección internacional- Angelo Musco para participar en su nueva obra fotográfica (2014) y soundtrack del filme «Conception» junto a Giulio Carmassi, pianista de Pat Metheny.
Realizó la exposición «El Borde entre Dos Espacios» en el Paseo de las Artes y Buenos Aires Photo 2015 (Curadora Alejandra de las Mercedes Fernández) como Artista representado por Martorell art+people.
Es Director de Casa Calto y de Kritz ArtWorks. Su talento es reconocido en todo el mundo. Aquí te dejamos una nota para que puedas conocerlo.
¿DÓNDE CONOCER SU ARTE?
www.matiazkritz.com
BRIEF DEL ENCUENTRO
La cita fue en el salón de la Biblioteca, de exquisita ambientación, del Palacio Duhau – Park Hyatt Buenos Aires. Allí me encontré con Matías. La calidez en el trato, la generosidad y humildad propia de los grandes artistas son las características de personalidad que pude observar en él. A lo largo de este encuentro Matías despliega su enorme talento creativo y comparte con nosotros sus ideas en relación a su trabajo. Allá vamos…
ENTREVISTA
Marina: ¿Cuándo surgió en vos el deseo artístico? ¿A qué edad creaste tu primera obra?
Matías: Digamos que, una pulsión artística muy fuerte surgió a los 8 años de edad cuando recibí mi primer objeto, mi primer regalo relacionado al arte que fue una cámara de fotos. Fue un regalo de mi madre. Nosotros vivíamos en Frankfurt y yo pasaba muchas horas del día solo, jugando, así que tener un objeto que me diera la capacidad de captar determinados momentos o situaciones fue muy divertido para mí. Esas fotografías las atesoré toda mi vida hasta el día de hoy.
Luego de muchos años, en el 2007, yo volví a Alemania y encontré todos los lugares donde yo jugaba y donde empezó toda esta relación con la fotografía. Encontrar todos esos lugares en un mismo estado, pintados del mismo color, las plazas, los lugares relacionados al juego, fue algo increíble. Poder ver esas fotos de cuando yo era chico me conectó directamente con el tema del arte.
Empecé a dibujar desde muy chico. Me acuerdo, con mi abuela íbamos a vacacionar a Miramar, yo era muy pequeño, y con marcadores “Fabercitos” iba trabajando horas y horas.
No conecto directamente con la temporalidad de mi primera obra. Siempre estuve relacionado al arte. Mi madre ha estado relacionada al arte, a la moda. Así que yo siempre estuve conectado con el arte, desde chico. Pero bueno, esto es tan gradual que es difícil recordar el momento en que uno, más allá de la obra de arte por sí misma, ya empezó a trabajar desde la idea.
Marina: ¿Cómo empieza el proceso creativo y cómo se desarrolla?
Matías: Yo trabajo con música, con dibujo, con New Media Art, con Video Art, con fotografía. Todo esto unificado converge en una técnica que se llama Spiral Works.
Marina: ¿Qué es el Spiral Works? ¿La exposición “Evita” es un ejemplo de Spiral Work?
Matías: El Spiral Works es una técnica de intervención sobre la piel. Porque la piel es determinante. Es una barrera entre el sí mismo y el otro, y a la vez, es un “si” y es un “no”. Porque la sociedad se rige, justamente por el tema de lo bello. Entonces, trabajo la idea de ir fraccionando la piel y poder generar pequeños espacios, de poder mostrar la interioridad y de poder saltear toda esa situación y de poder crear un arte -que, como muchas veces, se utiliza la frase “un arte movilizante”-. Busco crear un arte que nos detenga y a la vez, crear esos pequeños fragmentos sobre la piel, crear una situación de lo grandilocuente en lo pequeño. Porque muchas veces, lo pequeño, es lo que uno atesora de alguna manera como resguardo y muchas veces, es fácil perderlo… esa es la intención. Es, además, una técnica fotográfica que fui desarrollando desde el año 1994 y con la que he logrado muchas cosas. Empecé trabajando con autorretratos.
Con respecto a la muestra de mi trabajo «Evita» , esos son retratos. Pero la idea fue comenzar a trabajar a partir de autorretratos. Cuando empecé a sentir que el lenguaje ya estaba un poco más desarrollado empecé a trabajar con amistades. Y a partir de ahí empecé a trabajar con íconos y grandes maestros de la pintura haciendo una intervención sobre Durero, Caraballlo, íconos. Por ejemplo, para el Museo Evita, me invitaron a hacer 12 rostros de Eva Perón para hacer una muestra que presenté. Que fue la muestra con mayor convocatoria en el Museo Evita. Me dieron las fotografías de la década del 50 en blanco y negro y empecé a trabajar toda la intervención llevándola a una situación de color y bajando, quizás, la idea de Evita como ícono político. Llevándola más al lugar de mujer, al lugar de la moda. Un lugar de conexión con todo el mundo, digamos.
Marina: Observo que tiene pinceladas ¿Esto es arte digital? ¿Qué técnicas utilizas para expresar tu arte y desarrollarlo?
Matías: Sí, tiene pinceladas. Yo trabajo a partir de la fotografía y después, una vez que hago la ampliación, empiezo a trabajar con técnica mixta. A partir de ahí, cuando finalizo, después de algunos meses de trabajo, vuelvo a fotografiar la obra. Y la forma final, de presentación, siempre es en papel fotográfico.
Yo no utilizo el término arte digital porque hoy en día, prácticamente, en todo está involucrado lo digital y la herramienta como proceso. Lo importante es la forma de presentación. Lo digital sirve para, obviamente, acelerar algunos procesos de algunas cosas, pero no lo denomino arte digital porque no lo siento de esa forma. Sobre todo por la materialización de la obra.
Tengo muchos disparadores a la hora de expresarme. La vida, en general, es un disparador. Como no vengo desde una formación académica, fui aprendiendo a partir de la autogestión, de observar libros, mirar películas, leer muchísimo. Todas esas cosas, creo que me van nutriendo. Como en la música, uno termina siendo una especie de resumen de los discos que ha escuchado de chico. Y poder plasmar algo con una personalidad, con un sello propio. Pero siempre está lo que a uno lo influencia. Generar algo nuevo y ponerlo en corriente nuevamente para generar una influencia.
Marina: Alfonsina Storni escribía y se expresaba desde la nostalgia, desde la desesperación interna, con una emoción a la que ella estaba conectada y era permanente en su vida. En este sentido, hay en vos alguna emoción o alguna idea, recurrente, que se manifiesta en todas tus obras.
Matías: Trabajo mucho a partir de la ausencia, si vamos a conectar con un término especifico. Desde la música, mis letras. Pero a la vez, digamos, con todas esas ausencias y todas esas sensaciones, siempre la idea es recomponer eso. La idea general de la ausencia, de la falta. Entonces, puede ser la falta de muchísimas cosas. El poder superar muchas situaciones que uno tiene que tener el valor y plantarse en la vida. Para decir, muchas veces, la sensibilidad de los artistas. Yo creo que a todas las personas hay algo que les falta.
Marina: ¿Tus obras te permiten, entonces, superar esa falta?. ¿Hay un costo psíquico implícito en la creación de cada obra y cuál es la gratificación que vos sentís a la hora de verla realizada?
Matías: Quizás lo que puedo decir es que, uno con el tiempo, entiende que hay ciertas cosas que no le faltan sino que eso que está ahí es lo que uno tiene. Y poder trabajar a partir de eso es poder hacerse fuerte. Y poder hacerse fuerte a partir del arte.
Yo creo en pararme más en el lugar de lo gratificante que desde el costo psíquico. Creo que la vida misma tiene un costo psíquico y como el otro día me preguntaban “¿Crees que todo esto -con respecto al «Borde entre los espacios» de la muestra de psiquiatría- que todas las herramientas que se han utilizado a lo largo de las décadas sirvieron para algo, que tiene una solución?”, yo creo que la humanidad no tiene mucha solución. Entonces, dentro de ese panorama, poder pararse lo más optimista posible y hacer el transcurso de la vida luchando por lo que uno quiere y lo que uno quiera mostrar me parece lo más válido.
Marina: ¿Hay un mensaje implícito destinado a tu público en tu trabajo?
Matías: El tema, siempre fundamental en el arte contemporáneo, es la idea. La idea es lo primordial. El poder hablar de la obra. El statement de un artista, es el filtro principal donde uno puede estar parado. El andamiaje que sostiene todo lo que uno hace. Creo que la idea, el pensamiento es lo primordial de la obra. Sería como en una canción, una letra. Hay dos formas de componer musicalmente. Hay gente que compone la música y fonéticamente crea una melodía a la cual después le agrega una letra. Normalmente esa letra está puesta a la fuerza para mantener esa melodía que fonéticamente uno creó. Lo que es sumamente válido. Y también está el músico que escribe una letra. Sabe perfectamente lo que quiere decir y musicaliza esa idea.
En mi caso, cada serie apunta a llegar a una determinada situación y todo tiene un statement con respecto a mi obra. Creo que el arte es político desde el llanto mismo, desde el nacimiento.
Obviamente soy consciente de determinado aspecto del público que conecta con mi obra. Pero la obra, en el momento que lo hago, es mi casa. Yo estoy con una mochila y una cámara de fotos en cualquier lugar y me siento en mi hogar.
Marina: ¿Qué sentimientos o pensamientos te invaden durante la experiencia creativa?
Matías: Siempre uno puede decir algo con respecto a lo que hace. Pero los pensamientos -mientras estás trabajando- son tan fraccionados y tan invasivos al mismo tiempo… también, a la vez hay muchas situaciones, por ejemplo, hay una serie que se llama “Extraversión del subconsciente” -una serie de dibujo que realizo en unos 30 segundos aproximadamente- y lo que hago es trabajar explosivamente sin ningún tipo de pensamiento tangible.
Marina: ¿Podrías asociar 3 valores o 3 emociones a tus obras artísticas?
Matías: Creo que más allá de lo que a mí me sucede, a mí me gustaría escuchar, justamente, 3 situaciones que le hacen vivir al otro, qué le pasa con lo que yo hago; porque justamente, en ese lugar, está la conexión con lo demás y creo que el arte es algo que, más allá de comunicar, es terriblemente unificante. Por ahí, rotular las sensaciones o enumerar las sensaciones, es algo que trataría de evitar a toda costa. Justamente, toda la vida intenté escapar un poco de la situación del encasillamiento que, muchas veces, a nivel difusión, es algo que sucede. Porque, como el arte latinoamericano está tan con los ojos puestos en los terremotos que suceden afuera, terminamos generando como pequeñas réplicas. Siempre trate de no ser encasillado en nada y fui generando video, música y dibujo para poder tener una gama muy amplia que, a la vez, también, tiene una contra. Que es que la gente termina perdiéndose en ese universo que vos creaste y no sabe bien qué es lo que haces. Por eso, muchas veces, te recomiendan “Dedicate solamente a la fotografía”. Sería limitarse. Limitarse como, dentro de la familia, ir a visitar solamente a la abuela o al tío.
Marina: ¿Qué le sugerirías a un artista que desea llevar a cabo su visión y materializar su vocación? Y si tuvieras que elegir una obra, muestra o algún trabajo o una serie que mejor te representa ¿cuál sería? ¿Tenés alguna que estimes mas o que te haya marcado en la vida?
Matías: Primero que nada, para un artista que necesita mostrar lo que hace, lo principal, es el compromiso con uno mismo. Ya que es muy difícil que alguien externo venga y diga «Levantate y andá. Creá un proyecto y llevalo. Tocá las puertas. Andá a todas las inauguraciones» porque, justamente, estamos en la era totalmente sociabilizada de las redes. Obviamente, el hecho de querer mostrar lo que uno hace tiene un punto de exposición muy fuerte y hay que estar preparado para recibir la posibilidad del «no». Entonces hay que armar proyectos. Estar preparado. Y trabajar. Porque no soy partidario, ni creo, en la situación de estar sentado esperando la inspiración. Me parece que es algo que nos quita mucho tiempo de ejecución porque, la inspiración llega y lo encuentra uno trabajando. Si uno hace algo durante 10 horas al día, es muy factible que en esas 10 horas encuentre algo de lo que realmente se sienta representado.
Cada una de las series es una parte de mi vida. Entonces, digamos, si nos guiamos por lo que es el mercado del arte, siempre el ojo está puesto en lo último que hace el artista y lo que es consagratorio o condenatorio siempre es lo último. Pero eso siempre es una opinión y yo trabajo y conecto con todo lo que fui haciendo porque, justamente, es como una escalera.
A la primera serie, uno le tiene cariño porque es la primera. Y si no hubiese estado esa primera serie, no hubiera encontrado los accidentes y los errores que me llevaron a mejorar. Entonces, creo que a toda la obra y a todo lo que hago le tengo mucho cariño porque pongo todo de mí emocionalmente, digamos, todo lo que hago está puesto en eso.
Marina: Muchas gracias Matías!
Matías: Un placer!
Entrevistadora: Marina Galimberti
Edición de Texo: Vale Tetti
Créditos Fotográficos: Matías Kritz
Agradecimientos: Matías Kritz, Palacio Duhau-Park Hyatt Buenos Aires.